Biblioteca apta para locos.


Este año me mandaron hacer un trabajo libre que debía basarse en el primer capítulo de Don Quijote de la Mancha, así que decidí crear la estancia en la que Don Quijote comenzó a leer y, por lo tanto, a volverse a loco. Como tengo esa típica/estúpida/cómoda costumbre de dejarlo todo para el último día lo hice con materiales que encontré por casa:

-Las páginas de los libros en miniatura son clines doblados.
-La mesa es una tableta de chocolate negro (recuerda, mordisco = mesa rota)
-El suelo son forros de un antiguo juguete
-La estantería la barnicé para que quedase del mismo color del cajón (el trabajo está metido en un cajón de madera de un mueble)
-El resto de adornos son telas viejas, miniaturas de juguete y cera.


En el espejo de la fotografía de abajo, si lo miras de frente, verás una imagen reflejada de Don Quijote leyendo. Como no tuve tiempo de hacer a D.Quijote pegué una fotografía en uno de los laterales del cajón, de forma que al agacharte puedes ver también la imagen de algunos fantasmas detrás de él, en señal de cuando empezó a volverse loco.

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